Una cita con la gastronomía chaná
“El legado de la cultura chaná” es la primera charla del ciclo “Cocina entrerriana con historia”, que estará a cargo de los chefs Susana Sidoruk y Quique Molina, de “La Q Cocina”.
El encuentro, que propone redescubrir sabores, técnicas y relatos que forman parte de la identidad entrerriana, se desarrollará este lunes 1 de diciembre, a partir de las 19, en la sala multimedia del Museo Casa de Gobierno, con entrada libre y gratuita.
Molina, durante una entrevista con el programa Malos Perdedores, que conducen Exequiel Flesler, Florencia Gómez e Ignacio Koonrstra por Radio Costa Paraná (88.1), dijo que desde varios años está abocado a “la investigación y la divulgación de la gastronomía entrerriana con productos y materias de la provincia”.
“Estoy hablando, primero, de la influencia guaraní, y, después, cuando con Blas Jaime, el último chaná parlante, se confeccionó un diccionario de esa lengua, empezamos a investigar historias y fuimos conociendo las materias primas que ellos utilizaban”, explicó Molina.
Sidoruk, por su parte, señaló que “es muy diverso lo que se puede llegar a conocer. En mi caso, he tenido la oportunidad de hablar telefónicamente en varias oportunidades con don Blas Jaime, como para que me reafirmara lo que tenía expresado en el diccionario. Y él, de boca propia, me ha ido contando cómo eran las formas de preparar y toda esa riqueza cultural que tenía el pueblo chaná. La verdad que para nosotros es un honor poder mostrar y poder hacer conocer todos los conocimientos que ellos tenían”.
Respecto a la cocina, Sidoruk refirió que, sobre la base de lo que le contó Jaime, “empezamos a descubrir la forma en la cual ellos, respetando la naturaleza, tenían cultivos y armaban corrales donde cuidaban animales para consumo propio. Y no sólo eso, sino también algunas técnicas con las cuales cocinaban y preparaban los alimentos”
Para Sidoruk, la gastronomía “es una expresión” de la cultura chaná “y a través de ese ese idioma que se logra recuperar, a través de relatos que encontramos en el diccionario, podemos redescubrir los usos de los vegetales, por ejemplo”.
La gastronomía, entonces, “nos permite vivenciar esas experiencias” que el pueblo chaná tenía “con su cosmovisión y en un ambiente que no había sido contaminado”. “La información que encontramos en el diccionario es totalmente complementaria y nos permite justamente mostrar la riqueza cultural que ellos tenían”, remarcó.
Molina, por otra parte, consideró indispensable revalorizar la gastronomía de estos pueblos, algo que sucede en muchos lugares del mundo en general y de Latinoamérica en particular. “Nosotros estamos tratando de dar evidencia de eso, o sea, tenemos que dar prioridad a lo nuestro, que lo nuestro sirva, que lo nuestro tenga valor”, subrayó.
Sidoruk, puntualmente habló de un plato emblemático chaná, llamado numik, elaborado sobre la base de calabaza o zapallo, choclo y morrón, “tres elementos básicos que ellos cultivaban”, que “es muy rico”.
El pueblo chaná, además, consumpia diferentes proteínas en épocas en que podían cazar algunos animales. “Hacían corrales y guardaban los animales para poder tenerlos en otros momentos de consumo. Por eso también esto del cuidado y el no derroche de los recursos que tenían”, enfatizó Sidoruk. “Tenían una cosmovisión protectora del medio ambiente y protectora de su comunidad”, agregó.
“También hacían pescados ahumados, por eso tenían diferentes formas de cocción. Pero no solo eso, sino que en la historia que va contando Blas Jaime, ellos tenían un intercambio con los otros pueblos”, resumió.
Sidoruk, finalmente, instó “a leer ese diccionario, a poder interiorizarse más, a comunicarse con Evangelina (la hija de Blas Jaime), que es la actual cuidadora y resguardadora de la cultura, porque es una lengua sumamente poética”.