Tras de años de lucha, integrantes de Mamá cultiva celebraron la reglamentación del cannabis medicinal

“La ilegalidad es una cosa, la ilegitimidad es otra”, reflexionó Carola Olavarría, una de las tantas integrantes del movimiento que se ha llamado “Mamá cultiva”, que venía bregando por la legalización del cultivo de cannabis para uso medicinal. Con la firma de Alberto Fernández, el Gobierno publicó por decreto en el Boletín Oficial la nueva reglamentación de la ley 27.350, bajo la seguridad de que se trata de un acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector para ser utilizado en afecciones severas y crónicas de enfermedades. “Para nosotros fueron cuatro años y medio de lucha. Anoche nos enteramos de la nueva reglamentación y estoy casi sin dormir de la alegría que me produjo”, contó a radio “Costa Paraná” esta madre que ha visto la notable mejoría de un familiar directo con el tratamiento a través de cannabis.

“A partir de ahora hay que ver cómo se va a registrar el registro del autocultivo porque sabemos que vamos a tener permitido, pero hay que ver cómo se va a implementar en Entre Ríos”, dijo cuando la noticia está fresca aún. 

Hizo notar la mujer que entre las cosas que hay que acordar es, además del modo en que se reglamenta, establecer los registros y ver qué laboratorios y farmacias van a trabajar, debido a que la nueva legislación permite el autocultivo y la compra en farmacias.

“El autocultivo era ilegal y ahora pasa a ser legal mediante un registro, que evaluará el Ministerio de Salud. Hay cosas que todavía no conocemos porque es una noticia de esta madrugada, pero es lo que estábamos esperando ansiosamente”, dijo la entrevistada.

Cuando se le pidió un resumen sobre la importancia de contar con cannabis, Olavarría dijo que “hay muchas patologías, como diabetes, fibromialgias, epilepsias, enfermedades oncológicas que no han encontrado alivio en la medicina convencional para tratar, precisamente, los dolores o todo lo adverso de las quimio o rayos y las medicaciones. El cannabis contribuye a paliar las dolencias y dolencias de enfermedades crónicas, logrando una mejor calidad de vida”.

Agregó que la necesidad del autocultivo surgió porque el producto no se conseguía en las farmacias y, a la vez, “no querían comprarlo a otras personas porque no sabíamos cómo lo estaban haciendo y nos pareció poder cultivarlos en nuestras familias y por eso hecha de la forma más sana posible”.

“No estaba legalizado y por eso teníamos miedo a los allanamientos, las denuncias de los vecinos, que podían terminar en secuestros de semillas y de todo que ponían fin al tratamiento”, comentó.

En un tramo de la entrevista se reflexionó acerca de que el tratamiento con cannabis, naturalmente contribuye a mejorar la vida de la persona tratada, pero también de todo el entorno familiar. “Si vos tenés un hijo que convulsiona, al ser tratado con cannabis eso se puede evitar en mejor calidad de vida para la persona pero también para toda la familia”, dijo.

Le preguntaron a Olavarría si conocía que haya posibilidad de producción comercial, a lo que respondió que “INTI y Conicet eran los que se iban a encargarse del cultivo, pero habría que ver el temas de los laboratorios porque la ley habla de laboratorios públicos”.

La entrevistada dijo que hay asuntos que no se conocen todavía, como el hecho de qué farmacias venderán y si se trabajará con las obras sociales.

Finalmente, ante una consulta contó que en el caso familiar, el cannabis permitió a un familiar directo suya de tener veinte convulsiones diarias y prolongadas, a una corta por año, con la utilización del cannabis, y una mejoría notable, evidente y profunda.

Tras de años de lucha, integrantes de Mamá cultiva celebraron la reglamentación del cannabis medicinal La lucha por la legalización del cannabis medicinal ha sido larga en Argentina.
Carola Olavarría