Ser resilientes es bandera y escudo en las islas
Vanesa Gaona, docente y directora de la escuela Vicente López y Planes de Villa Paranacito, contó cómo es educar en las islas. “Cuando decidí ser maestra sabía que no iba a ser millonaria, pero tenemos otro tesoro que es moldear de la manera más hermosa a los niños que van creciendo”, señaló en el Día del Maestro.
Este 11 de septiembre, a modo de homenaje a todos los docentes, desde el programa Carrusel Público, que conducen Andrea Venturini, Marcelo Medina, Martín Echagüe y Julio Galera por Radio por Radio Costa Paraná (88.1) entrevistaron a Vanesa Gaona, docente de la Escuela N° 4 Vicente López y Planes, de Villa Paranacito.
“Nuestras calles son agua, nuestras calles son ríos, en esta hermosa provincia de Entre Ríos de la que nos enorgullece ser parte en un día especial como maestra isleña”, dijo Gaona, quien en 2015 fue distinguida con el Premio Maestra Ilustre Entrerriana.
– ¿Cómo es ser maestra isleña? ¿Cómo llegaste a Villa Paranacito?
– Soy nacida en el departamento Islas del Ibicuy, así que mi vida ha transitado siempre por acá. Me recibí en 1998 y siempre he sido maestra rural isleña.
Soy hija de una maestra y llevo la vocación inculcada desde la panza de mi mamá, así que hoy es un día muy emotivo porque, bueno, es un año en donde mi mamá está desde otro plano, y valoró aún más todo lo que ella me enseñó en estos 25 años de antigüedad que tengo.
Me enorgullece también transmitir a tantos colegas que nuestra realidad, como en todo lugar, tiene sus fortalezas y debilidades. La isla es un paraíso, aunque tenemos esos días difíciles donde nos inundamos, pero nuestros edificios escolares están preparados para seguir educando, con las escuelas abiertas para que los chicos puedan asistir.
Ser resilientes en la isla es nuestra bandera, nuestro escudo, porque hay que volver a empezar y se hace difícil, pero tenemos una voluntad que sólo Dios puede dar para seguir avanzando y demostrando a nuestros alumnos que todo se puede, que el lugar lo hace uno, que el espacio lo crea uno y la isla es hermosa.
– ¿Usted vive en Villa Paranacito y viaja habitualmente a la escuela o reside en la escuela?
– Vivo cerquita de la escuela, soy isleña, vivo en la Isla 9. Mis alumnos sí, excepto mi hija, vienen todos en lancha, que sale a las 8 desde Villa Paranacito. Allí, en el muelle, sube un grupo de alumnos, después la lancha va navegando por el río Paranacito y después por el arroyo Brazo Largo, en donde en vez de tener la parada del colectivo, mis alumnos tienen el muelle donde están acompañados por sus familias, con sus guardapolvos, sus mochilas, sus salvavidas y sus escarapelas, porque siempre digo que somos argentinos todos los días y no sólo las fechas patrias.
– ¿Les gusta ir en lancha a los chicos? ¿Les divierte eso?
Sí, les encanta porque ya es su espacio de compartir. Ustedes tengan en cuenta que las escuelas de las islas o del campo no sólo el lugar para aprender, sino la plaza para jugar, el lugar para compartir, el lugar para comer platos fuertes: el desayuno y el almuerzo.
– ¿Sos personal único?
– No, somos escuela de cuarta categoría, somos tres seños todos los días, una seño de nivel inicial y dos seños de ciclo, la seño de primer ciclo y yo de segundo ciclo y directora.
– ¿Y cuántos chicos hay?
– Son 29 chicos.
– ¿Y faltan mucho en invierno cuando hace frío? ¿Y qué pasa en los días de lluvia?
– No, no faltan nunca. Es muy difícil que falten porque a ellos les gusta venir a la escuela, excepto que sea una tormenta eléctrica porque nuestra embarcación es de hierro, entonces es peligroso.
– Una vez que los chicos terminan la primaria, ¿tienen secundaria ahí en la isla?
– Cuando terminan la primaria, los de este lado de la isla tienen la opción de ir a Paranacito, a la escuela técnica o a escuela de comercio.
– ¿Qué deseas para tus chicos como docente hoy en tu día? ¿Qué soñás?
– Deseo dejar siempre huellas bonitas. Que pasen los años y que ellos recuerden a una seño que fue su segunda mamá, la que estuvo acompañando y complementando esa educación que se inicia en casa,
Cuando decidí ser maestra sabía que no iba a ser millonaria, pero tenemos otro tesoro que es moldear de la manera más hermosa a los niños que van creciendo, creyendo que los adultos queremos dejar un mundo mejor. Que el presente es hoy, pero el futuro es todo lo que yo pueda hacer por ellos para que crezcan de la mejor manera.
Y que ustedes valoren nuestro trabajo ya es un mimo en un día tan especial para todos los docentes.