Las tres etapas de la economía en el primer año de Milei
El economista Ignacio Trucco analizó, en diálogo con el programa Malos Perdedores de Radio Costa Paraná, que conducen Exequiel Flesler y Florencia Gómez por Radio Costa Paraná (88.1), los primeros 12 meses de la administración de La Libertad Avanza y arriesgó lo que puede pasar de cara al futuro.
Ignacio Trucco, doctor en Economía y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), diferenció tres etapas en materia económica en el primer año de gestión del presidente Javier Milei.
La primera, explicó, marcada por la primera medida que fue la devaluación, el salto brusco del tipo de cambio, que tuvo “efectos contractivos de la actividad económica, no modifican tanto las exportaciones, pero sí modifican las importaciones vía la caída de la actividad económica, por una razón muy sencilla, los precios se aceleran con la devaluación, los salarios no acompañan, entonces cae el ingreso real, cae la demanda de bienes finales, y, por lo tanto, la actividad económica se desacelera y cayó muy fuerte”. Esa primera caída de la actividad más la devaluación, agregó, hicieron que “se descomprimiera el mercado de cambios, sobre todo el paralelo, y ya no tuvo las presiones que tenía en diciembre”.
Lo que ocurrió fue que el tipo de cambio financiero “se estabilizó y la tendencia fue a la baja también, en torno a los 1.100 pesos más o menos, mientras que los precios subieron aceleradamente, y eso provocó una fuerte apreciación en dólares de la economía, con una fuerte apreciación de los activos financieros denominados en pesos, en particular la deuda pública. Y se inició así, sobre la base de la recesión, un ciclo de apreciación financiera como los que ya hemos vivido en la Argentina varias veces. Eso duró hasta mayo”.
En mayo, continuó, “se detuvo la caída, hubo un pequeño rebote, y, finalmente, vamos a terminar el año con una caída que puede andar en el 8 o 9% en la industria, en promedio, en algunos sectores más, en algunos sectores menos, compensada en buena medida también por lo que es la actividad total, por la agricultura que aumentó gracias a la recuperación de las cantidades producidas contra 2023”.
Pero en mayo, además, “volvió a haber presiones, volvieron a haber expectativas de presiones en el mercado de cambio y se produjo una corrida contra el peso, y ahí se inicia una segunda etapa, donde el Gobierno básicamente decidió intervenir con la venta de reservas en el mercado de cambios, tratando de frenar la corrida. Lo lograron hacer con relativo éxito, aunque hubo un salto importante del tipo de cambio, llegó casi hasta los 1.400/1.500 pesos. Ese periodo fue muy crítico, fue un momento crítico”.
El Gobierno, no obstante, el Gobierno “logra más o menos salir de ahí y comienza la tercera etapa, en un momento donde parecía que se llegaba al fin de este ciclo de apreciación financiera, pero se volvió a retomar, esta vez con un nuevo impulso”.
Ese impulso fue el blanqueo de capitales. “Unos 20.000 millones de dólares aproximadamente se volcaron al mercado de cambios y se inició un rally de caída del tipo de cambio financiero, hasta el punto tal que llegamos, hoy, a que no haya diferencia entre el tipo de cambio fiscal y el financiero”.
¿Es sostenible?
La pregunta es si está política es sostenible. Trucco, en este sentido, consideró que “esto abre dudas hacia el futuro”.
Hay dos grandes fuentes financieras actualmente. La primera, vieja y conocida, es la toma de deuda, volver al mercado de capitales, que Argentina se pueda volver a endeudar en dólares y que esos dólares que ingresen se vuelquen en el mercado cambiario y mantengan el tipo de cambio bajo, incluso bajando aún más. “De hecho se está buscando un acuerdo con el FMI para que vuelva a prestarle a la Argentina, pero todo eso también está siempre agarrado con muchas pinzas. ¿Por qué? Porque el Estado argentino está muy endeudado y por lo tanto tiene dificultades para volver al mercado de capitales. Incluso es el deudor más importante del FMI, y, por lo tanto, no va a ser sencillo que nos entregue un monto como los que se suelen mencionar los medios de comunicación para seguir bancando un proceso de apreciación financiera que no se sabe si esto será sostenido en el tiempo”.
La otra fuente de divisas, un poco menos conocida, es la suma de dólares que tienen los argentinos acumulados. ¿Qué significa eso? Argentina es un país muy particular porque su población tiene atesorados –en la forma de billetes y monedas, cajas de ahorros, cajas de seguridad– unos 200.000 millones de dólares. “Uno se puede ver tentado a vender esos dólares y a hacer tasas y en la medida en que hace eso el tipo de cambio seguirá bajando y convalidando de alguna manera esa renta financiera”, opinó Trucco.
Si eso sucediera, el tipo de cambio puede desplomarse porque si uno toma toda la base monetaria y la divide por la cantidad de dólares que tienen los argentinos acumulados, el tipo de cambio puede ir a 500, 400, 300, 200… Hay que recordar que con 20.000 millones (del blanqueo) se lo bajó de 1.400 a 1.100 pesos. Pero eso no va a pasar en esa magnitud” El riesgo es que “en algún momento no se tenga el volumen de exportaciones suficientes para compensar esa salida de dólares de la cuenta corriente, se produzca una devaluación y te quedás sin el pan y sin la torta”.
El problema de los ciclos de apreciación cambiaria, agregó Trucco, “es que generan una economía en dos velocidades. Una parte de la población queda afuera, suele aumentar mucho el desempleo, puede haber incluso hasta deflación en pesos, de hecho, necesariamente tiene que haber si hay un proceso de apreciación cambiaria muy potente o muy marcado, y, al mismo tiempo, la cuenta corriente se pone muy negativa por ítems como el turismo y las importaciones de bienes finales u otras importaciones de bienes intermedios que reemplazan a la producción local”.
Lo que puede venir
Trucco, de cara al año que viene, recordó que el Gobierno señala que la sostenibilidad de este esquema macroeconómico depende fundamentalmente del superávit fiscal, y, en ese marco, “ha tomado medidas de política presupuestaria o fiscales que han sido muy importantes y muy graves, fundamentalmente el recorte a los jubilados –que ha sido uno de los componentes principales del ajuste fiscal– y el recorte de las provincias”
La caída de transferencias en las provincias “ha sido espectacular, en algunos ítems del 60, 70, 80%, más la obra pública que prácticamente está detenida. Y, en ese contexto, hay un cambio incluso cualitativo porque si uno va hacia atrás en la historia argentina, sabe que la nación es una construcción jurídica a partir de un conjunto de provincias preexistentes que logran un pacto constitucional y jurídico en donde entregan recursos y después los reciben. No recibirlos es, de algún modo, incumplir ese pacto, entonces se pone en juego incluso la continuidad jurídica”, advirtió.