La lucha de las trabajadoras de casas de familia por acceder a un ingreso digno
En el marco de la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares, con la participación de representantes sindicales y de empleadores del sector, se arribó a un acuerdo salarial que contempla incrementos escalonados y el pago de sumas no remunerativas para el personal comprendido en el régimen de casas particulares. Aun a pesar del aumento, los ingresos son paupérrimos.
El acuerdo establece un incremento del 3,5% aplicable retroactivamente a los salarios mínimos correspondientes al período febrero a junio de 2025, el cual deberá abonarse conjuntamente con los haberes de julio de 2025.
Se fija, además, un aumento del 1% sobre los salarios mínimos conformados, aplicable en los meses de julio, agosto y septiembre de 2025, acumulativo sobre la base resultante de cada período.
También se acuerda el pago de una suma no remunerativa por única vez, cuyo importe varía según la carga horaria semanal del trabajador.
Marcela Muñoz, referente del Sindicato de Empleadas de Casa de Familia de Entre Ríos, durante una entrevista con el programa Malos Perdedores, que conducen Exequiel Flesler, Florencia Gómez e Ignacio Koonrstra por Radio Costa Paraná (88.1), señaló que “desde enero veníamos con una escala paralizada” en medio de “una crisis que cada día crece más”.
El pago por hora de las empleadas domésticas con retiro es de 2.863 pesos por hora, más o menos el precio de un kilo de pan.
En la paritaria, concretamente, se fijó “un aumento del 3,5%, en tramos, de febrero a junio, y luego queda julio, agosto y septiembre, cada uno de esos meses con un porcentaje de aumento de 1%”, precisó Muñoz. Y se otorga “un bono, por única vez, en julio, agosto y septiembre, que varía según la cantidad de horas que trabaje el personal, lo que es bueno aclarar que si yo trabajo en muchas casas, cada casa me tiene que pagar por separado el bono”. Ese bono, resaltó, “no se descuenta del sueldo ni tampoco de futuros aumentos”.
A propósito, el valor del bono, según comentó Muños, es de:
- De 0 a 12 horas: $4.000 en julio, agosto y septiembre.
- De 12 a 16 horas: $7.000 en julio y $6.000 en agosto y septiembre.
- Más de 16 horas: $10.000 en julio y $9.500 en agosto y septiembre.
“Recién en agosto la quinta categoría, que es la que hace trabajo de limpieza, estaría ganando 3.000 pesos la hora, y yo un colectivo hoy estoy pagando 2.800 para ir a mi trabajo. Es una locura”, remarcó.
Muñoz aclaró que esta escala escala es para trabajadoras en blanco registradas –que tienen un boleto obrero de 900 pesos– y es el mínimo, no es el máximo lo que pueden cobrar las compañeras. Esto es muy importante decirlo, porque por ahí hay compañeras que han negociado un sueldo de 4.000, 4.500, que es el precio callejero, hoy se los quieren bajar. Yo estoy ganando 4.000, el aumento se le suma a lo que la compañera en su recibo ya estaba ganando.
– ¿Ha avanzado el registro de trabajadoras para que puedan tener aportes y una obra social?
– En cuanto a la registración, sabemos que en cada crisis baja enormemente. Nunca hemos logrado llegar a un porcentaje de, aunque sea, un 70% a nivel nacional, y, desgraciadamente, no pudimos cambiar esa tendencia a pesar de hacer campañas y de apoyos y de políticas.
Y en estas épocas de crisis hay muchas compañeras que se dan de baja porque no pueden pagar la obra social o porque tienen enfermedades crónicas, como la diabetes, o necesitan remedios oncológicos, o un montón de necesidades.
Entonces estas situaciones llevan también a renuncia de derechos. Desgraciadamente hay muy poca memoria social para darnos cuenta que eso también acarrea en que dentro de 10, 15, 20 años, o menos, un montón de compañeras pasen 65 años sin ningún tipo de aportes.
– ¿Cuál es el principal obstáculo para pasar a registrar el trabajo doméstico?
– Por un lado, la falta de información, y, por otro, la parte cultural, el tema de no considerar trabajo al trabajo doméstico, y el no poder dimensionar lo que significa que la trabajadora, por ejemplo, tenga un accidente laboral, que no pueda el día de mañana llegar a cierta edad y poder jubilarse, o, por ejemplo, no poder acceder a una tarjeta de crédito.
– Decías que el trabajo doméstico no se dimensiona como trabajo, y recuerdo que, hace algún tiempo, era muy habitual hablar de “la chica o la mujer que me ayuda en casa a limpiar”.
– Y es más, nosotras también vivimos internamente en nuestros hogares. Muchas veces, por ganar menos, tenemos el problema de que en la casa la pareja o los hijos no dimensionan que la mamá está trabajando, porque el trabajo doméstico parecería como algo sin valor y está naturalizado que no hay desgaste, que no hay cansancio.
Es todo un tema. Nosotras pagamos alquiler, tenemos hijos, tenemos gastos, entonces es una situación que no se llega a dimensionar lo que trastoca la vida de las trabajadoras.