La empresa más antigua de turismo de Paraná reconvirtió su actividad por la crisis que dejó la pandemia

La crisis que deja la pandemia obliga a los empresario y comerciantes a buscar alternativas de supervivencia de sus negocios. En Paraná, la empresa de turismo más antigua ha decidido saltar a otra actividad y ahora importa monopatines, que en las grandes ciudades del mundo comienza a utilizarse como un medio de transporte urbano personal. “Somos cinco familias que estábamos viviendo de ésto, que creemos que la actividad turística no se va a activar hasta el año que viene. Por eso decidimos reconvertir la actividad”, contó Edgardo López Osuna, en diálogo con la radio municipal “Costa Paraná”.

“Nuestra empresa de turismo tiene 60 años, es la primera de Paraná y con esto de la pandemia y otras situaciones hemos quedado con actividad en cero”, dijo López Osuna, tras lo cual agregó: “Somos cinco familias que estábamos viviendo de ésto, que creemos que la actividad turística no se va a activar hasta el año que viene. Por eso decidimos reconvertir la actividad y ahora importamos monopatines. Hemos visto en el mundo que el monopatín se ha convertido en un medio de transporte muy aceptado en las ciudades”.

El comerciante contó que el uso del vehículo no está regulado en Paraná ni en la mayor parte de la Argentina. “El monopatín está regulado sólo en Gualeguaychú, Capital Federal, Córdoba y Rosario. En Paraná no hay normativa al respecto  Se toma como medio regulatorio a la bicicleta, es decir que se recomienda usar cascos y rodilleras”, contó.

En cuanto a las características, dijo que los monopatines son eléctricos, tienen una carga para 30 kilómetros y con una duración de cuatro horas. La velocidad máxima es de 30 kilómetros por hora, y cuenta con tres velocidades. “La recomendación es que los menores anden a 15 kilómetros, pero también se pueden regular para que anden a 20 kilómetros. El peso máximo recomendado es de 120 kilogramos”, agregó.

En el mercado mundial hay distintas clases y estándares de monopatines. El que se comenzó a vender en la capital entrerriana cuesta 49.000 pesos, pero hay más económicos en el mercado y otros bastante más caro y sofisticados.

“Tienen freno que andan muy bien, luz de freno, luz de giro e iluminación para adelante y para atrás. Son chinos, pero la empresa Philco de Argentina está empezando a fabricarlos”, dijo el entrevistado. Contó también que “en otras ciudades se usan como medio de transporte y se alquilan, con tarjeta de crédito y con facturaciones muy bajas. Eso se puede hacer en sociedades donde no los roban ni dañan. Creo que en nuestra sociedad tenemos otra mentalidad y por eso simplemente nos decidamos a la venta y no el alquiler”.

López Osuna contó que hace un mes que comenzaron con las ventas y que el primer día vendieron diez unidades, mientras que en la presente semana bajó un poco la venta, “seguramente por el frío”.

El perfil de lo usuarios del monopatín son adolescentes de 15 años a los que los padres se lo compran para ir a hacer sus actividades. “También se usa mucho para hacer bancos. El monopatín -continuó- tiene la utilidad de que llegás, lo plegás, lo cargás porque sólo pesa 11 kilos. Por manual dura 2.000 recargas las baterías, por lo que puede ser usado unos cinco años antes de cambiar la batería. En cuanto a los repuestos, el equipo viene con una garantía de seis meses, pero todo tiene repuestos al menos hasta este momento”.