Fishel Szlajen dijo que frente a la eutanasia y suicido, el judaísmo propone “desobstaculizar lo que impide la muerte irreversible”
Eutanasia y suicidio asistido. Esos fueron los temas tratados en la entrevista con el rabino Fishel Szlajen, quien admitió que son asuntos “muy difíciles que plantean siempre un dilema”, tras lo cual indicó que “el judaísmo resuelve la situación, en donde el pensamiento occidental no llega, y donde ese pensamiento occidental, para no transgredir comete lo que se llama ‘ensañamiento terapéutico’, más conocido como el ‘encarnizamiento terapéutico’. O al revés: para no cometer encarnizamiento terapéutico transgrede y comete suicido. El judaísmo tiene una tercera opción: Desobstruir o desobstaculizar aquello que impide la inminente e irreversible muerte”, dijo en diálogo con radio “Costa Paraná”.
“El judaísmo define al suicida -continuó Szlajen- como un adulto que se da muerte intencional y concientemente. Es decir por propia iniciativa y declarandolo manifiestamente. Está prohibido, pero por otro lado el judaísmo tiene prohibido también hacer sufrir artificialmente a la persona, lo que hoy se llama encarnizamiento o ensañamiento terapéutico”, continuó diciendo, tras lo cual agregó: “entonces la resolución que da el judaísmo es que dar una muerte digna, que es no suicidarse, no cometer la transgresión que personal de salud asista a ese suicidio y tampoco cometiendo el ensañamiento terapéutico, que es hacer sufrir a una persona mediante aparatología médica”.
¿La solución que admite el judaísmo? “Desobstruir o desobstaculizar aquello que impide la inminente e irreversible muerte”. “Por ejemplo -continuó-, en caso donde la persona está en estado comatoso o fase final de una enfermedad terminal, con respiración asistida, y donde su cuerpo no sustenta vida, simplemente se puede desconectar el respirador, dejando que la naturaleza siga su curso, sin hacer sufrir a la persona”, agregó.
El rabino, que es doctor en Filosofía, se refirió a que el judaísmo predica la salvación del alma y no el sufrimiento. “Es una posición lo más racional y de sentido común, de toda la filosofía occidental, desde Pitágora, pasando por Platón, y llegando a Sartre y a Camus, que hoy aporta una tercera vía significativa que todavía se sigue debatiendo”, indicó.
Habló de la creencia religiosa y de que quien da la vida, es quien tiene que quitarla.
En diálogo con el programa “Shalom Paraná”, que se emite por la radio municipal de la capital entrerriana, el religioso sostuvo que “desde la moral secular tampoco el cuerpo es de uno y esa es una frase hecha no desde la realidad”. Al respecto citó que en cualquier país, donde hay guerra no puede exhibirse de ir a la guerra. “Es mentira que el cuerpo es de uno”, consideró.
Se le preguntó por la postura judía sobre la donación de órganos. “La donación de órganos en vida se permite, siempre y cuando quien sea destinatario de ese órgano esté en peligro de muerte, y por otro lado que el donante no tenga una lesión significativa de la continuidad y calidad de vida al donar ese órgano”, fue lo que respondió el rabino.
“En la cuestión post morten se puede, siempre y cuando el destinatario sea una persona identificada: no puede ser para investigación científica ni para un banco de órganos”, agregó.