El editor Pablo Felizia contó cómo hicieron para sostener la producción de libros durante la pandemia

El periodista y editor Pablo Felizia contó su experiencia de mantener la actividad de edición de libros en Paraná durante la pandemia. Dijo que en Ana Editorial debieron ajustar mecanismos de comercialización y optimizar los soportes digitales para el acceso a los productos en venta. “Llevamos más de 80 títulos publicados en los últimos tres años, con un 95 por ciento de escritores entrerrianos. Aunque es una editorial de libros impresos, estamos empezando a trabajar sobre los formatos digitales para los más jóvenes, lo cual nos permitió abrir nuevas puertas”, dijo en diálogo con radio “Costa Paraná”.

Felizia contó que Ana Editorial nació  con la idea de otorgar una herramienta a los escritores. “Es lo que he querido hacer toda mi vida, y cada paso que fui dando, a lo largo de los años, fueron en función de poder hacer libros, míos y de otros”, contó.

También compartió la experiencia acerca de haber dejado su trabajo remunerado de periodista para emprender la implementación de la editorial. “Cuando logramos abrir la editorial en 2016, yo estaba en el diario Uno. Y en el camino pudimos abrir la imprenta para nuestros libros, que buscábamos que fueran de calidad y mostrar los dientes a las grandes ediciones”, comentó.

Una vez que maduró la decisión, según contó, habló con su familia y recibió el apoyo necesario. “Yo tenía una certeza, pero todos se asustaban igual. No obstante, aceptaron creer que si yo lograba una herramienta que permita poner un libro sobre una mesa, con un costo de dos kilos de yerba, lo íbamos a poder vender”. Agregó que otra consideración fue “hacer ver que publicar un libro no puede costar más que una moto o que unas vacaciones y que aquellos que lo quieran hacer lo puedan barajar como una posibilidad. Y con esfuerzo, abaratando los costos, vimos que era posible y dimos el salto”.

Sobre el modo de sostenerse durante la pandemia, Felizia contó que “en un momento nos preocupamos mucho, sobre todo en el inicio de la pandemia y decidimos tomar iniciativas”. “Modificamos cuestiones de servidores de nuestra web, quedamos al día con los libros cargados, ajustamos el sistema de venta, casi todas las semanas vamos al correo para mandar libros, acudimos a algunas librerías que nos ayudaron, en Paraná, Diamante, Gualeguay Victoria, Rosario y Santa Fe, es decir que modificamos varias cuestiones logísticas para poder llegar con los libros”, relató.

“Tenemos nuestra revista, que estamos cargando a la página web y compramos un sistema de audio para largar, antes de fin de años, pequeños podcast y videos-poemas”, completó.

Afirmó que están publicando un número similar de libros que el año pasado, apenas por debajo, pero más que en 2018. “Ya a esta altura del año hemos venido más libros cara a cara con el lector, o barbijo a barbijo con el lector, más que en el año 2018, y vamos a quedar por debajo, pero no tan lejos, de lo que vendimos en 2019, que es para nosotros una forma de poder seguir adelante”, comentó.

“Hay libros -indicó- que nosotros, a lo largo del año sostuvimos al cien por ciento, y una vez que recuperamos el costo le pagamos regalías a los escritores. Y el resto de los libros cobramos la mitad que es el costo y como imprimimos nosotros el costo se abarata”.

Sobre la producción de títulos de su autoría, ante una pregunta contó que tiene dos libros. El primero se llama “Crónicas patrias”, que “cuenta la historia de ocho veteranos de la Guerra de Malvinas y sus hechos de heroísmo. Es un libro de cuentos basado en entrevistas, y lo hice para mi tesis en la Licenciatura de Comunicación Social”.

“Después publiqué otro libro que se llama ‘Desaparición y muerte en bicicletas rojas’, que lo pude terminar de escribir con una beca del Fondo Nacional de las Artes. Son cuentos policiales basados en hechos reales ocurridos en Entre Ríos, algunos tremendo, como la desaparición de Pocho Morales, en San Jaime de la Frontera”.

En ese marco reveló que tiene escrita su primera novela, aún inédita.

 

El editor Pablo Felizia contó cómo hicieron para sostener la producción de libros durante la pandemia Pablo Felizia, titular de Ana Editorial.
Pablo Felizia